
Las sensaciones de la gente suelen ser encontradas cuando se sitúan entre lo sobrecogedor y lo doloroso. Difícil que alguien opine que es bonito un Cementerio, pero seguramente lo hace pensando en el dolor que conlleva concurrir allí, a despedir a un querido o a homenajear su memoria de vez en cuando con alguna flor.
Sin embargo, muchas veces ofrece un paisaje fuera de lo cotidiano, de serenidad, reflexión y respeto. Hoy tuve que ir al Buceo, para reducir los restos de seres entrañables. La distancia en el tiempo desde que nos dejaron le da a la visita un perfil diferente. Hay respeto y ternura por los recuerdos. Y a su vez permite tomarse el tiempo para mirar alrededor y ver que el paisaje es sobrio, elegante, y hasta conjuga como en el caso la soledad de la calle interior con la vida en la ciudad, como se ve en el fondo.